127. Cruce Fueros-San Prudencio

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      ANTES                                             (Fuente de las fotografías: Ceferino Yanguas-1935 / Iñaki Armentia-2014)                                      AHORA                                             
El crecimiento de Vitoria en los años 1960-70, en los que se construyeron infinidad de viviendas, se llevó por delante muchas casas antiguas con solera, plantando en su lugar modernas edificaciones al amparo del boom inmobiliario de la época. Varias esquinas clásicas desaparecieron. 

Este es el caso de uno de los chaflanes que forman las calles Fueros y San Prudencio, en el que en 1934 se construyó un edificio con estructura de hormigón con aspecto de pabellón industrial, promocionado por Pablo Revenga. 


Fue destinado a la venta y reparación de varias marcas de automóviles; se denominó ‘Garaje La Unión’. De acuerdo con lo que indica María Jesús Bilbao en su estudio sobre edificios para el automóvil, el proyecto y dirección de la obra fue realizado por el arquitecto vitoriano Miguel Mieg Alonso, quien diseño unas rampas interiores para el acceso de los vehículos a las diversas plantas.

Según la publicidad de la época este garaje era agente exclusivo de las marcas de automóviles más importantes de entonces, cuyos nombres figuraban rotulados en la planta baja del inmueble: Chrysler, Austin, Plymont, Dodge y De Soto. 

En facturas de la época, que conserva la Fundación Sancho El Sabio, hemos encontrado los precios de algunos servicios que prestaba este garaje en los años 1930. El lavado del coche costaba entre 2 y 3 pesetas, desmontar una rueda y poner un parche rápido 1,75 pesetas, una bocina americana electromagnética 90 pesetas y una botella de ácido para la batería 2,25 pesetas.

A finales de los años 70 del pasado siglo XX, el edificio fue sustituido por otro con más plantas, dedicado a uno de los primeros grandes almacenes de la ciudad, Jaun, que fueron dirigidos durante algún tiempo por el comerciante Miguel Ángel Echevarría, conocido por su faceta de concejal durante varios años en el Ayuntamiento de Vitoria. El negocio no llegó a cuajar completamente y no tuvo el esperado éxito. Hoy día este edificio se denomina Ertza (la esquina) y está ocupado por oficinas y una entidad bancaria.

 (Fuente del texto: www.cadenaser.com)         

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