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ANTES (Fuente de las fotografías: Santiago Arina, 1957 - Iñaki Armentia, 2014) AHORA
Comienza en la Nueva Fuera y concluye en la de Francia. Antes se le llamó del Torno, como la inmediata a ella que sigue ostentando este nombre, y en 1887 se le otorgó el que tiene debido al abrevadero que hasta no hace muchos años hubo en esta calle, destinado a los ganados de las cuadras que se encontraban en sus alrededores, donde abundaban los tratantes.
Estaba situado el abrevadero en la pequeña plazuela que se forma entre cada una de las casas que dan a la calle del Torno, por un lado; y a la calle de Francia, por otro.
En esta plazoletita solían dejar sus carros, hasta hace bien poco tiempo, los hermanos José y Tomás Bengoa, muy conocidos por su dedicación al transporte y a los que conocimos transportando los toros de la Plaza al Matadero de la calle Correría, hasta que comenzó a hacerse en camión cuando todavía no había sido establecido el desolladero en la mencionada plaza de toros.
En la casa que hace esquina con la de Francia tenían su entrada las oficinas del garaje Erenchun.
En la primera edificación de la calle, a la derecha, estuvo muchos años, hasta hace muy pocos, el taller de carpintería de Francisco Madinaveitia "Barrenicos", que últimamente lo tuvo su sobrino Enrique.
En la casa inmediata estuvo montado el taller mecánico de los Latierro, trasladado luego a la calle Manuel Iradier. Antes había tenido en aquel mismo lugar la madre de aquéllos, que era lechera, la cuadra.
Al lado estuvo la calderería de Retana que, entre otra fabricación, atendía la de ollas para el Ejército.
En el año 1900 había en el número 6 de la calle una fábrica de bujías.
(Fuente del texto: Venancio del Val)
En la foto antigua de la calle podemos ver una recua de ganado, a cuyo frente va un pastor o tratante y en la que aparece también un camión aparcado, dedicado al transporte de ganado. Entonces no había ningún problema de estacionamiento.
Nos hemos permitido de forma virtual, colocar unas cuantas vacas en la foto actual de la calle. Hoy sería impensable el trafico de animales por las vías urbanas. Algo que era normal entonces, ahora es imposible.
La página del Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz hace referencia a la historia del suministro de agua a la ciudad, señalando que antiguamente los propios habitantes la recogían de los riachuelos, almacenando la proveniente de la lluvia o extrayéndola de pozos construidos al efecto, uno de los cuales encontraron los técnicos municipales en esta calle Abrevadero.
Se nos dan detalles de estos pozos: “Son pozos de un diámetro de 10 metros y una profundidad entre los ocho y doce metros, excavados a la perfección en roca. Su finalidad era la de captar agua de los niveles freáticos para los diversos usos domésticos, sin llegar a beber su agua.”
(Fuente del texto: www.cadenaser.com)
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