101. Calle Eduardo Dato

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      ANTES                                                   (Fuente de las fotografías: www.lovevitoriagasteiz.com)                                               AHORA                                             
Desde que esta calle se formó, como consecuencia del establecimiento del ferrocarril del Norte y la construcción de la estación de Vitoria, viene siendo la principal de la ciudad.

Dada aquella razón se le distinguió con el nombre de calle de la Estación. Con él fue conocida oficialmente desde el 28 de enero de 1865 hasta el 12 de julio de 1916. Con anterioridad era la calleja del Arca, porque en su lugar se encontraba el arca del agua de que se surtía Vitoria. 



Era en sus principios una callejuela tortuosa que, sin corresponder exactamente con el trazado de la calle actual, principiaba donde ésta y terminaba en el lugar donde sigue conociéndose el "pozo de las ánimas" en la calle Florida, frente a la calle hoy del Arca.

En dicho lugar se encontraban diseminadas algunas pequeñas casas de labradores, alternando con huertas tapiadas.

El primer antecedente de la calle se encuentra en la petición que en 1859 hizo al Ayuntamiento don Juan Páramo, solicitando que le fuera con cedida línea para la edificación de una casa. Sin resolución hasta que, cinco años más tarde, formulaba análoga petición don Vidal Arrieta para levantar varias casas, que son las que vinieron a formar la primera parte de la calle, a su derecha. Fue entonces cuando, el 30 de septiembre de 1864, se presentaba el proyecto de la nueva calle; no sin que surgieran dificultades en el momento de llevarse a cabo las expropiaciones, hasta el punto de que llegaba a decirse que no era necesaria, puesto que las comunicaciones con la estación del Norte estaban aseguradas por la de San Antonio.

Merece ser destacada la intervención que tuvo el regidor del Avuntamiento don Antonio Verástegui quien, frente a quienes se manifestaban en contra de la apertura de la nueva calle por los muchos gastos que reportaba, opinó que no debía detenerse en ello el Ayuntamiento, porque "tales mejoras se hacen una sola vez en la vida de los pueblos". No prosperó de igual modo la propuesta que había hecho, y que reprodujo en un voto particular al trazarse la calle, para que el eje de la misma fuera una línea que, pasando por el centro de la Plaza en su dirección del Norte al Mediodía, terminara en la estación. Con lo que se hubiera hecho que la calle estuviera perfectamente centrada con la Plaza de España, en vez de haber quedado a un lado.

Tras varias reuniones y discusiones, por fin el 15 de octubre de 1864 se acordó la apertura de la calle con todas sus consecuencias. Desde entonces los propietarios de las nuevas edificaciones en el antiguo barrio del Arca aceleraron sus construcciones para la más pronta apertura.

El carácter arquitectónico de la calle, que era manifestación de la época en que se construyeron. sus edificaciones, ha sufrido gran alteración en buena parte de ella al verse sustituidas algunas por nuevas construcciones, que desdicen de la tónica que le distinguió.

Sigue manteniéndose la calle como centro de la ciudad y de atracción principal. Por tal condición han pasado por ella diversas manifestaciones de distinto carácter: desfiles cívicos y militares, procesiones, etc. Hasta los años de la tercera década del siglo su popularidad se patentizaba en los
diarios paseos de la juventud vitoriana, que la invadían; como también en la concurrencia a los grandes cafés en los que los vitorianos se reunían, y que eran, a la vez que lugar de expansión, amplio mirador. La procesión del Rosario de la Blanca, el regreso de la romería de Olárizu, la ida a los toros en las fiestas agosteñas y las populares verbenas de sus noches, han sido y siguen siendo ocasiones principales para la concentración popular en la calle de Dato.

La víspera de la Virgen Blanca del año 1916 fue cuando se descubrió con la correspondiente solemnidad la lápida, colocada a la entrada de la calle, a la izquierda, que desde entonces le da el nombre de Eduardo Dato, en homenaje y recuerdo a tal personalidad, que tanto significó para Vitoria. Emparentado Dato con las familias vitorianas Iradier-Arce, representó a Alava en el Congreso de los Diputados en varias ocasiones, desde 1914. Antes ya había sido nombrado Hijo Adoptivo de Vitoria en reconocimiento a cuanto la ayudaba. El 8 de marzo de 1925, al cumplirse el cuarto aniversario de su asesinato, fue descubierto en el parque de "La Florida" el monumento erigido a su memoria.

En la esquina donde se inicia la calle, con el número 1 de la misma, estuvo el café más antiguo de Vitoria: el "Universal", que lo estableció Olave en 1844, y que también estuvo en la plazuela del Arca. Su terraza, bajo amplia marquesina, fue característica hasta los primeros años del siglo.
Tenía aneja la pastelería, como era propio de algunos otros cafés, y era costumbre que las señoras se sentaran frente al mostrador para tomar chocolate o mantecado. También tenía su restaurante. Como referencia podemos decir que en 1898 vemos que el menú, compuesto de sopa, pescado, dos platos de carne, postre y vino, costaba 2,50 pesetas. La pastelería y repostería se abrió el 26 de febrero de 1871.

En el "Universal" tenía su sede a principios de siglo el "Club Taurino", que desapareció algo antes que el café.

Desde el año 1927 tiene en el mismo lugar su entrada el Banco de Vitoria, que anteriormente la tenía por la calle de Postas, desde que en este edificio se estableció en 1917. Antes, desde su fundación en 1900, estuvo en la esquina General Loma-Becerro de Bengoa. 

Casi enfrente, en el número 2, se estableció la Caja Provincial de Ahorros de Álava, que estuvo desde 1927 a 1932. Antes había estado la sucursal del Banco de Vizcaya, desde 1923 a 1926.

En el número 12 se encontraba, desde el año 1919, la sucursal del Banco de Bilbao. Anteriormente, desde 1913, estuvo en el edificio que luego ocupó el Café Moderno, más adelante. Derribado el anterior edificio, en el mismo lugar, volvió al actual el año 1972. Mientras se realizaban las obras
estuvo en la calle General Alava, donde más tarde se encontraba la sucursal del Banco Atlántico.

En el número 4 se estaba, desde 1952, la sucursal del Banco Central. Fue inaugurado el 17 de agosto.

El Banco Exterior de España se inauguró en 1959 en el número 18. En el mismo lugar hubo a principios de siglo una joyería, de Tomás Molet, y el establecimiento de electricidad y fotografía de P. López. Posteriormente tuvo Gregorio Bombín el bar "Derbys".

Al final de la calle, en el número 40, se estableció en 1973 la sucursal del Banco Ibérico, y en el mismo edificio estaba el Vitalicio de España. 

La sucursal del Banco Guipuzcoano, que, desde su establecimiento en Vitoria, en 1965, había estado en los locales que dejó la Caja Provincial de Ahorros, en la calle de Postas, esquina a la cuesta del Banco de España, el año 1974 fue a ocupar los locales del edificio expresamente construido en la calle de Dato, en el número 19. 

Hasta que se procedió a la apertura de la prolongación de General Álava, el año 1959, estuvo la sucursal del Banco Hispano-Americano, derribado para dicha apertura. Había estado desde 1944, en cuyo año absorbió al Banco Urquijo Vascongado.

En la esquina de Postas, a la derecha, estuvo el Parador Viejo, que desapareció al iniciarse la calle.

Se encuentra en dicho lugar uno de los establecimientos más antiguos de la calle: la droguería-perfumería que fue de Eustaquio Buesa, regentada ahora por su hijo Ramón. En el piso primero tuvo sus instalaciones de Rayos X, una de las primeras, el doctor Francisco Hernández Peña. En el tercero estableció su sede, al fundarse, "Falange Española".

Tuvo aquí mismo su librería "La Prensa" don Pedro Alonso, antecesor del kiosko "El Globo".

En los primeros años de este siglo estuvieron instaladas las oficinas de la Compañía de Automóviles de Álava"; la farmacia antiglosopédica de Arámburu, luego Jubera; la relojería, bisutería y óptica de Iturrioz; la mercería de Pedro Balanzategui, la de Francisca Galdos y una abacería.
En el piso tercero tuvo su despacho el conocido abogado y notario Francisco de Ayala y Mendoza.

En la casa contigua, además de los establecimientos ya citados, instaló Gregorio Bombín el café-bar "Katiuska", que luego cambió su nombre por "El Alcázar". En el portal se encuentra una de las Administraciones de lotería.

En la misma casa número 4 conocimos la camisería de Ramón Boduer, la relojería suiza de Alberto Piaget y la guarnicionería de José Gil, en cuyo escaparate se mostraba aquel gran caballo que luego pasó a la guarnicionería de Belacortu, en Virgen Blanca-Herrería. A fines del pasado siglo le había antecedido Luciano Palacio, sillero y guarnicionero. También tuvo Nicolás Montalbán fábrica y almacén de calzado; y Melquiades Alegría, ultramarinos. Que tenía las diligencias a Villarreal, Ceánuri y Lemona.

En el piso segundo hubo una popular casa de huéspedes, que por el año 1890 regentaba Paula Retana. Desde hace bastantes años hay una en uno de los pisos del número 2. 

En el número 6 era característico en esta calle en el primer cuarto de siglo el conocido y popular Bazar de López, que luego se trasladó a la calle General Álava, donde pervivió no muchos años donde antes estuvo el "Parisiana" y ahora la floristería de Argote. Cuando el referido bazar se encontraba en la calle Dato tenía unos soportales cuyos escaparates ofrecían abundantes juguetes, principalmente alrededor de las fechas especiales para su adquisición. Era muy concurrido el establecimiento los días de Carnaval, en los que ofrecía variedad de caretas y objetos propios de la ocasión, con grandes sacos de confetti a la entrada.

Desaparecido el bazar, se establecieron los almacenes de calefacción y saneamiento de Aragón y Santa María.

Fundada la Obra "Auxilio Social" se instalaron en aquellos locales los primeros comedores que en Vitoria tuvo, inaugurados el 14 de junio de 1937, trasladados luego al lugar donde los años inmediatamente anteriores habían estado los Comedores Económicos, en el sitio donde ahora la "A.l.S.S.".

El año 1939 fueron adquiridos dichos locales en alquiler por el Círculo Vitoriano, que por esa época vivió unos años muy comprometidos en su existencia, habiendo alquilado por su parte algunas de sus dependencias en la calle Postas. En 1943 procedía a la compra, continuando la mejora de sus instalaciones. El año 1941 se le dotó al Círculo del amplio salón que hoy constituye su pieza principal, ampliándolo el 48 y sustituyéndolo el 52 por otro nuevo. Al adquirir el Círculo estos locales en planta baja se dio mayor facilidad y mejor acceso al jardín, que había sido adquirido en 1921, inaugurado el 19 de julio de 1931.

Después de un proyecto para adquirir el edificio del chalet de Ajuria, en el paseo de Fray Francisco, se optó por la permanencia en el mismo lugar y se llevó a cabo la operación para reedificar el edificio de la calle Postas, con el acondicionamiento de apartamentos, que comenzaron a ser
utilizados a fines de 1974.

El Círculo Vitoriano se inauguró el 21 de mayo de 1864, fusionándose con el "Gabinete de Lectura", que había sido creado en 1840, en la Plaza de España, para trasladarse luego a la calle Postas, al primer piso del actual edificio del Banco de Vitoria, de donde pasa al de la misma calle inmediato al Círculo actual, inaugurado el 20 de agosto de 1879.

En la planta baja del Círculo Vitoriano del primitivo edificio de Postas funcionaron varias Sociedades Recreativas: "La Amistad", "Las Provincias" y "La Recreativa", que daban animados bailes. 

Hubo en el número 8 un salón de cine.

En tiempos atrás estuvieron la farmacia de Bonifacio Ruiz de Angulo y la relojería de Mariano García.

Inmediata, en otra de las plantas bajas, se encuentra la famosa pastelería y confitería Goya.

En la casa anterior estuvo hasta hace no mucho el comercio de tejidos de lldefonso Manrique.

Otro de los más antiguos establecimientos de la calle, en el número 8, es la relojería de Bajo, fundada el año 1880, y que hasta hace unos años se caracterizaba por el gran reloj colocado en su fachada, que a tantos vitorianos orientó en la hora del paseo por tan popular calle.

En el otro lado de la misma casa se estableció en 1933 el bar "Acuario" por Fermín Pol, que en el mismo lugar tuvo su comercio de camisería, a la que había antecedido a principios de siglo otra titulada "La perfección", y que en algún tiempo también se denominaba con el nombre de su dueña: Emiliana Pérez.

En el portal de la casa desde hace ya muchos años acostumbra establecerse el turronero de Jijona en cuanto se aproximan las Navidades. Alguna vez se instaló en el número 24. En el mismo lugar conocimos el célebre estanco de Pozueta, al que había antecedido el de Juan Jiménez "Juanillo", que también tenía barbería y cuya esposa regentaba la cacharrería que hubo en la calle de la Diputación, esquina a la Plaza de la Provincia.

Había tenido su Administración de Loterías Antonio González Ballestero, íntimo del político Salmerón, y que también había estado establecido enfrente. En uno de sus pisos tuvo su domicilio el Colegio Oficial de Médicos hasta el año 1959.

En la casa contigua, esquina a General Álava, vivió el ilustre jurisconsulto Benito Guinea por el año 1890. Y en la misma ha tenido su taller la modista, de fama nacional, Luisa Viteri. También permaneció algún tiempo la Escuela-Hogar de la Sección Femenina, en el segundo piso, que algún tiempo fue utilizado por el Frente de Juventudes.

De este mismo lugar solía salir el "Ripper", coche de línea de Vitoria a Durango y Bilbao, antes de establecerse los automóviles. En los locales del otro lado de la casa fueron conocidos dos importantes comercios vitorianos, anteriores al actual. Primero el titulado "Los encajeros", de ropa blanca, y luego el de Olivares, trasladado de la Plaza de España, donde ahora la ferretería de Caldevilla. También había estado antes, igualmente trasladada de la citada Plaza, la paragüería de Fidel Murgoitio, que era quien tenía el "Ripper". Hace algo más de 15 años quedó instalado en el portal de la casa un estanco.

En el mismo edificio estuvo algún tiempo "La Unión Comercial, Fabril e Industrial", antecesora de la "Cámara de Industria y Comercio".
En la casa actual del Círculo había estado el Gobierno Civil v la Delegación de Hacienda. También, la farmacia de Bonifacio Ruiz de Angulo, que luego pasó al número 5.
En 1869 había un almacén de música e instrumentos, señalado en el número 6, El año anterior vemos, señalada con el 4, la casa de música de Pedro Martínez. Acaso fueran una misma.

En la misma esquina de Dato-General Alava estuvo la imprenta de Mateo Sanz Gómez, que se cerró el año 1873, con ocasión de la guerra carlista. En sus talleres se editó el "Semanario Católico Vasco-Navarro", que fundó y dirigió Vicente Manterola; "El Contrabajo", periódico satírico, y "La Buena Causa", que luego se tiró en la imprenta Egaña. Otras
publicaciones que salían de aquella imprenta eran el "Boletín del Obispado" y "El Escudo Católico".

Volviendo a pasar al otro lado de la calle, en el comienzo de ésta, hubo una tienda de perfumería, de José Blanco, el siglo pasado, donde desde hace bastantes años vemos la peluquería y la librería actuales. A continuación estuvo la armería y comercio de juguetes de Olasolo, desaparecida por los años cincuenta. Le había antecedido otra armería, la de Pedro Echevarría y Hermanos, que además tenían cerrajería.

En la misma casa tuvo su despacho el notario Víctor Manero, y posteriormente, Narciso Amorós, entre la segunda y tercera década del siglo actual.
En el número 5 antecedió al establecimiento actual la pastelería "La Viena'', que estuvo hasta el año 1958. Se reformó el local en julio del mismo año, para acondicionarlo al destino que hoy tiene. El piso primero lo ocupó desde agosto de 1969 la Delegación en Alava del periódico bilbaíno
"El Correo Español-El Pueblo Vasco", que anteriormente, desde su establecimiento en 1946, había estado en el actual número 43 de la misma calle, y que últimamente se trasladó a Postas.
En la casa inmediata al actual establecimiento de cafés le había antecedido el despacho de papeles pintados "La Cortijana", de Grandes, que tenía la fábrica en la calle Fournier. En la misma casa se estableció por el año 1930 el actual bar, que entonces tenía el nombre de "Iskra". Algún tiempo estuvo la freiduría Páramo.
En el mismo edificio fueron conocidos otros varios establecimientos. Por el 1911 encontramos el de paños de Vicente Enciso. La tienda de ornamentos religiosos de Monzón y Muzás. La carnicería de Rafael Echevarría, a la que había antecedido la de Tomás Barrutia, a principios de siglo. La tienda de tejido y ropa blanca de Alegría. Algún tiempo estuvo la camisería de Aresti, que fue conocida en otros lugares próximos. A finales del siglo anterior, por el año 1890, vivía en esta casa Gabriel López de Guereñu
que, además de ser callista y practicante municipal, tenía peluquería y perfumería.
Hasta muy recientemente, ya entrada la década actual, conocimos la librería de Sar, cuya imprenta estuvo en la calle del Arca.

En la casa inmediata se hallaba a fines y principios de siglo la óptica de Celestino Alonso, a la que han sustituido otras varias que actualmente se encuentran en la misma casa o en las próximas. Tenía además bisutería, fotografía y relojería, conocida por la de "Pinini".
Por el primer cuarto de siglo conocimos la Administración de Loterías de Melquiades Ullivarri, a la que había antecedido la de Antonio González.
En el mismo edificio estuvo la que fue popular imprenta de Elías Sarasqueta, que también había estado en las calles Moraza y Correría. Se completaba con librería y objetos de escritorio. En aquélla se tiró "El Gorbea".
En la casa siguiente, señalada con el numero 11, vivió Pedro Mur, que era poeta, escultor, actor dramático y ateneísta. Tenía establecimiento de fotografía, que luego regentó su viuda. En 1901 estaban "Los encajeros" , así como la droguería de Araujo.
Posteriormente hemos conocido la pastelería "El buen gusto" y las máquinas de coser "Alfa", trasladada a la calle San Prudencio.
En el año 1958 fueron derribados varios edificios, dos y el del Banco Hispano-Americano, para la apertura de la prolongación de la calle General Álava. En la nueva esquina resultante fue levantado el edificio que hoy vemos, construido por la Caja de Ahorros Municipal, cuyas tres primeras plantas pasó a ocupar con carácter provisional el Ayuntamiento, a excepción de sus Oficinas Técnicas, que permanecieron junto a la plaza de toros, en las navidades de 1971-72, con motivo de las obras de restauración en la Casa Consistorial de la Plaza de España. El día 11 de enero se celebraba la primera sesión.

Al ser derribadas las casas afectadas desaparecieron "Alfa", la corsetería "Hispania", la joyería de Arribas, uno de los despachos de la Tintorería Villanueva y la sombrerería de Victoriano Alocén.
Antes habían estado en uno de los edificios la sastrería eclesiástica de Moreno, donde también había fonda, y la droguería general.
En tiempos anteriores estuvo "La bota de oro", de Eleuterio Tellería que cantaba de tenor en las iglesias, que luego se trasladó a General Álava y a Florida. A fines de siglo hubo un almacén de vinos de Vicente Mendiluce.

Pasada la prolongación de la calle General Álava, por los años cincuenta se cerró el local que durante muchos años estuvo ocupado por la carnicería de Santiago Echevarría, regentado en los últimos años por su hijo Víctor. Contiguamente estuvo poco tiempo el primer auto-servicio, dedicado especialmente a chocolatería y confitería, establecido por Silvestre Ulibarri. Ahí mismo fue conocido el muy popular comercio de Galdos, que tenía una afamada fábrica de chocolates y en el que eran muy apetecidas sus pastas conocidas por "corrusquillos".
Anteriormente, donde la perfumería que sustituyó a la citada carnicería, estuvo la camisería de las hermanas Corres; y en tiempos más remotos, la tienda de ropa blanca de Petra Arráiz, madre de las Atorrasagasti del comercio sito hasta hace poco en la entrada a la Plaza de España por Postas. Algún tiempo, por 1917, estuvo la Cámara de la Propiedad Urbana.

En la siguiente casa, donde hoy otro popular comercio, hubo inmediatamente antes uno de objetos de regalo titulado "Stilo". Les habían precedido la zapatería de Leandro Arráiz, con su especialidad de calzado a la medida, y la peluquería de Calvillo, donde en los carnavales se solían alquilar caretas y disfraces.
Hubo en la casa siguiente una tienda de máquinas de escribir y de coser y estuvo la relojería de Hilario García, donde hoy se encuentra otra.

Hasta 1960 vimos la peluquería de Alejandro Lalastra, que antes era de Abascal. Alrededor de 1890 estuvo la peluquería y perfumería de Inocencia Lafuente y un zapatero llamado Pedro Cortabarría.
En la casa que actualmente ostenta el número 17, en uno de sus segundos pisos, se encuentra la Delegación Provincial del Ministerio de Turismo.
En la planta baja, la Sociedad Recreativa "Ongi Etorri", inaugurada el 11 de diciembre de 1961. En el 17 de antes el 8 de marzo de 1879 abría su farmacia Bonifacio Ruiz de Angulo.
En el edificio al que ha sustituido la sucursal del Banco Guipuzcoano estuvo últimamente el conocido establecimiento de artículos religiosos de Ruiz.
Inmediatamente antes conocimos la primera central de Teléfonos, para el servicio interurbano, trasladada en 1931 a General Álava. Ocupaba otra de las lonjas de la misma casa.
Entre fines del pasado siglo y primeros del actual estuvo la imprenta de Casiano Jáuregui, de la que salieron muchas publicaciones locales.
En el año 1890 se tiraba "El Alavés". La Dirección y la Redacción del periódico estaban en el número 5 de la desaparecida plaza de Bilbao, después de haber estado en el 22 de Postas y la Redacción en el 29 de la Herrería.
Por la misma época se tiraba en los talleres de Jáuregui "La Voz del Pueblo" (periódico republicano) y "El Gdto Navarro". En 1897, "El Diario de Alava" (integrista). Otras publicaciones que salieron de los mismos talleres fueron "La Rioja Católica", de Raro; "El Soldado Español" (revista quincenal); "El Amigo de las familias" (mensual) y "El Norte" .
Durante algún tiempo se hizo en la misma imprenta "La Libertad".
Un acreditado comercio desaparecido, que estaba en la última casa, fue el de la camisería de Aresti, que antes estuvo en Postas.

En la misma esquina fue muy renombrado el Hotel Quintanilla, el mejor de su época, que desapareció el 30 de septiembre de 1925, después de una existencia de 78 años. En él se hospedaron las personas más distinguidas que a Vitoria llegaban: políticos, artistas... Se ingresaba en él por una amplia portalada en arco, que daba acceso a unas escaleras. En los bajos se guardaban las calesas para el servicio del hotel y de sus huéspedes, también de ahí salía el coche para Santa Cruz.
Enfrente, en el edificio que antecedió al actual del Banco de Bilbao, tuvo sus oficinas el Servicio Nacional de Trigo, que luego se trasladó a la calle San Antonio, esquina a Florida.
Algunos años estuvo en este mismo sitio el Café "Suizo Moderno".
Posteriormente se estableció el comercio de las máquinas "Singer", que luego fueron a ocupar otra esquina inmediata de la calle. También ocuparan la planta baja el bazar de Erbina Hermanos, sucesor de Zubeldía,
que también tenían tienda en el número 1 de la calle del Arca; y la joyería y platería de Garrido, que estuvo antes en la plaza de España, entre el arco de la cuesta del Banco de España y el ángulo Sur. 
Por el 1911 estaba la juguetería de M. Ullivarri, sucesor de Iradier. En 1907 se encontraba el almacén de calzado "La Baleares".
En el número 16 estuvo el Café "Suizo", que fue uno de los más populares, hasta que cerró en septiembre de 1956. En principio lo instaló Olave, que fue el mismo cafetero que estableció el "Universal". Luego lo tuvieron los suizos Matosi, que justificaron su nombre; hasta que por el año 1903 lo adquirieron los hermanos Cabo. En él se realizaron reformas
en diferentes épocas; en la última, con la habilitación de un bar independiente del café, y con un apartado, a principios de los años treinta, reservado para baile, inmediato a la pista que, al aire libre, se utilizaba en la época de verano. En este café alternaron principalmente las clases media y modesta. 

En lo que luego fue bar, en años anteriores se hallaba la pastelería, que solía ir aneja a los viejos cafés. En el "Suizo" actuaron muchos artistas de concierto y cupletistas, y en él fueron varios los músicos vitorianos que actuaron. En algunas ocasiones lo hizo uno que fue célebre sexteto titulado "Los bemoles".
En sus últimos tiempos tuvo su residencia en el "Suizo" el Deportivo Alavés y el Club Alpino Alavés.
Al adquirir la propiedad de la finca la Caja de Ahorros Municipal, en los años cincuenta, venía sirviendo para diferentes exposiciones, tómbolas, etc., así como para albergar circunstancialmente algunos establecimientos comerciales. Entre las exposiciones han sobresalido la que se montó con ocasión del centenario de la Diócesis, en 1961, y la del Hogar, en 1957.
A principios de siglo tuvo también su residencia en el "Suizo" la "Unión Sportiva Alavesa", que anteriormente estuvo al principio de la calle Florida.
El primer piso lo ha ocupado, hasta 1975, la Sociedad de Recreo "Peña Vitoriana", constituida hacia el año cuarenta con disidentes del Círculo Vitoriano. Recientemente ha abandonado estos locales al construir las nuevas instalaciones en el alto de "Uleta", con una renovación y actualización y mayores posibilidades.
En la planta baja de la casa inmediata estuvo otro de los populares y concurridos cafés. El que primeramente se llamó "Suizo Moderno" y luego solamente "Moderno". Permaneció hasta el primero de julio de 1945, en cuya fecha cerró. En parte de los locales que ocupaba instalaron últimamente sus dueños, los Cobas, una bonita tienda de artículos de regalo, que duró escaso tiempo, siendo sustituida por la cafetería "Río".
Inmediatamente se encuentra uno de los comercios más antiguos de la calle, de ropas hechas, al que antecedieron otros. En 1893 había una tienda de camisas, corbatas, confección y ropa blanca denominada "La Madrileña".

La casa que forma esquina con la calle San Prudencia fue construida en 1881 con piedras procedentes del palacio de Bendoña, de la Cuchillería, al ser derribada parte del mismo. En sus bajos estuvieron los bazares Arechederreta, el almacén de papel de la viuda de Agustín Lorenzo, la tienda de calzado y artículos deportivos de Laza, Abreu y Olarte. Como asimismo unos almacenes de aparatos de alumbrado eléctrico, y el horticultor José Urcelay. En 1902 tenía Arechederreta camas, jergones, servicio de mesas, perfumería y juguetería.
A continuación de esta casa conocimos las verjas que protegían su jardín, ante el que solían colocarse las carteleras movibles, en doble vertiente, de espectáculos. Entre el mencionado jardín y la casa inmediata existía un estrecho callejón que daba acceso al Frontón Vitoriano, construido unos años antes. Hasta que el año 1917 se procedió a la apertura de la calle San Prudencia entre Dato y San Antonio.

Continuando la de Dato acaba de ser construido un moderno edificio destinado al Banco Hispano-Americano, inaugurado el 1 de septiembre de 1977. Le antecedieron últimamente el comercio de "Edesa", que sucedió al garaje de bicicletas de Pipaón. Y en la lonja inmediata, el de artículos de viaje de Teodoro Ruiz de Lóizaga, cuyo padre lo tuvo anteriormente en los números 13 y 31 de la misma calle.
Por el 1891 estaba el "Teatro eléctrico" o "cuadros disolventes", en el principio del cine, junto con un bazar.
En la casa inmediata conocimos la Exposición de muebles de Sixto Martínez de Murguía, que tenía su taller de ebanistería en la calle Rioja.
A la farmacia de Zulueta, que se encuentra en la casa inmediata, antecedió la de Rovira.
Recientemente desapareció la relojería y joyería de Avelino Isasia, que tenía otro local enfrente.
Hace años estuvo la administración de loterías de Genara Izarduy, trasladada luego a Postas, frente a Dato.
También fue a fines del pasado siglo la relojería de Bernardo Ucedo, y dentro del actual la vimos sustituida por la de Belarroa, que luego fue al número 1 de la calle Portal del Rey. Más adelante estuvo a principios de siglo la fábrica de espejos de Miguel Franco, donde luego hemos visto el almacén de semillas y cordelería de Elías Clemente, cuyos descendientes han introducido algunas otras actividades.
En esta misma casa estuvo la taberna llamada "Casa Cucho'', donde solían reunirse los maleteros.
Inmediato continúa el establecimiento más antiguo de la calle, que es el almacén de música de Carrión.
En el edificio siguiente, donde ahora encontramos una acreditada librería, fundada por Vicente Elejalde, conocimos la droguería de Donato Araujo, concejal que fue de representación carlista y que tenía una casa en lo alto del monte "Mendizábal" o de "La tortilla". Se había trasladado de
la calle San Prudencio, donde ahora "La Taberna" y anteriormente había ocupado otros locales en la misma calle Dato, en una de las casas derribadas para prolongación de General Álava. Antecediendo a Araujo estuvo el pintor Clemente Arráiz, que tenía tienda de papeles pintados. Antes habían sido conocidos los ultramarinos de Fernando Bezares.

En la casa inmediata estuvo, señalada con el número 32, la peluquería de Teodoro Hernández, popular practicante, que también se dedicó a la caracterización de los vitorianos aficionados al arte teatral. Luego estuvo, hasta su fallecimiento, el sastre Hipólito Sáez. Le sustituyó una tienda de novedades femeninas, que primeramente se llamó "Florida" y luego "Yolanda".
Ocupado el local luego por la relojería Arribas, que antes estaba en una de las casas afectadas por el derribo para prolongación de General Álava.
En la casa siguiente estaba en el año 1917 la Cámara de Comercio e Industria. En los primeros años del siglo hubo la baulería de Manuel Gordovil, donde ahora son conocidos nuevos comercios, establecidos ya hace unos cuantos años.
La última casa, esquina a Florida, la ocupa la Delegación en Alava del Instituto Nacional de Previsión, que ha realizado en ella diversas reformas desde su instalación el año 1946, en cuyo 27 de febrero, fecha aniversaria de la Ley fundacional por la que se creaba la Institución, se procedía a su bendición e inauguración. Antes tuvo sus oficinas en parte
del primer piso perteneciente al Círculo Vitoriano en la calle Postas.

En el portal de la casa estuvo establecida varios años la Administración de Loterías regentada por Pilar Lafuente, que se trasladó a la calle de La Paz.
Durante muchos años fue conocido en la planta baja, que la ocupaba totalmente, el almacén y taller de muebles de Daniel Garayo, que también lo tenía en Ortiz de Zárate y anteriormente en la calle del Arca.
Pasada la calle Florida hasta el año 1975 fue muy conocida y popular la casa de Amárica, que habitó hasta su fallecimiento en 1956 don Fernando de Amárica, una persona señera en el Vitoria de los últimos años del siglo anterior y la primera mitad del actual. El último que mantuvo la capa como prenda de vestir, con su aspecto señorial. La casa había sido construida el año 1851 por don Marcos de Amárica, abuelo de don Fernando, cuando todavía no se había trazado la calle Dato. No era, al ser construida, más que una casa de campo, al final del sinuoso camino viejo del Arca y la calle de la Fuente de las Animas. En principio tuvo su entrada por la calle Florida. Llamaba la atención su anejo selvático bosque; de gran amplitud, que dejaba ver los vistosos pavos reales que se asomaban a las verjas de sus puertas.
Al morir don Fernando pasó la finca a la Fundación benéfica por él instituida, la cual la enajenó para el cumplimiento de las atenciones de la misma en favor de estudiantes y ancianos. Pasó a manos de la Caja de Ahorros Municipal que, derribado ya el hermoso arbolado, utilizó el espacio para lugar de expansión y de recreo, sobre todo de niños. Luego se convirtió en aparcamiento de vehículos y también fue utilizada en parte la finca por un cultivador forestal: Pío Cengotitabengoa. Hasta su adquisición por una inmobiliaria donostiarra, que ha procedido a la edificación.

Durante algún tiempo ensayó por los años setenta la Agrupación Coral "Manuel Iradier" y tuvo su sede en esta casa la Asociación de la Sagrada Familia, desde octubre de 1969, por breve espacio de tiempo.
La última casa, esquina a la calle Manuel Iradier, fue construida en la década de los cincuenta, si bien tardó bastante tiempo en terminarse su construcción, debido a la constante afluencia de agua en su subsuelo y a las discrepancias en cuanto a las alturas que le habrían de ser autorizadas.
En esta casa, extendida su construcción hasta la plazuela de la Estación del Norte, se establecieron algunos comercios, así como los establecimientos bancarios ya mencionados. En uno de los pisos altos vivió en sus últimos meses y falleció don Jesús Izarra Retana, destacado vitoriano de su
tiempo, corredor de Comercio que fue, periodista, escritor, concejal del Ayuntamiento y presidente de su Comisión de Festejos, secretario de la Cofradía de Ja Virgen Blanca.
El edificio sustituyó a la pequeña y hermosa casa de dos plantas que en 1893 había construido don Ramón López y que luego poseyeron las familias de Heredia y Ozores.

En el otro lado de la calle, a partir de la plazuela del Arca, y con fachada a ésta, ha estado un noble edificio que por el año 1960 lo adquirió la Caja Provincial de Ahorros, cuya planta baja ha servido para varios destinos. Fue conocida en los primeros años del siglo la "Casa de Monín" , popular establecimiento de bebidas. Posteriormente lo ocupó durante varios años la Exposición de Muebles de Casino Amigo y el despacho de tintorería del mismo. Posteriormente ha habido comercios de tejidos, de relojería, de alimentación, etc. En las Navidades de 1974-75 estuvo instalada la Feria-Exposición del Libro y disco vascos. En algunas ocasiones
se utilizó parte de estos locales para establecer la taquilla de Toros durante las fiestas. 

Otras plantas bajas de la casa, de menores dimensiones, han sido asimismo ocupadas por diferentes comercios. Estuvo la mercería de Urizarna, que antes había sido conocida por la tienda de "Las 25.000".
Luego, durante varios años, estuvo la "Heladería Veneziana".
La planta primera estuvo ocupada durante varios años por el Círculo Mariano, entre los años 20 y 60. Durante la guerra del 36 al 39 fueron cedidos sus locales para el funcionamiento de la Delegación de Asistencia a Frentes y Hospitales y el "Hogar del Herido", así como también estuvieron La Academia-Pensionado de Caballeros Mutilados y la titulada "Canciller Ayala" para instrucción de los mismos. Últimamente, "Hermandad Alavesa" y la Federación Alavesa de Pelota.


Fue derribado el edificio para su reconstrucción en 1977. En la casa contigua, donde se encuentra hace años una frutería, fue famoso en los años del primer cuarto de siglo la panadería-pastelería titulada "El horno francés".
En el número 23 estuvo la confitería, pastelería y repostería "Las delicias", de Baldomero Arrate, sucesor de Federico Irazusta.
En la casa que le sigue antecedieron al actual establecimiento de bebidas otros, como el "Brillante Bar" y el "Piquío".
Por el año 1890 estuvo la fábrica y almacén de calzado de Simón Urbina. Luego, la zapatería de Hernáez. Después, el bar-restaurante Beltrán, que frecuentó en sus últimos tiempos Pío Baroja, cuando escribía su novela "El cura de Monleón". En otra lonja de la misma casa se estableció
el 8 de diciembre de 1928 la charcutería de Estanislao San Vicente.
Tuvo su laboratorio fotográfico por los años treinta Salinas y Sánchez.
Donde hoy la Heladería Italiana estuvo la peluquería de Ambrosio Cotelo.
En el número 39 estuvieron los Mármoles Ocenda. Por el año 1907 se hallaba "El Diario de Vitoria". En el 33, el almacén de vinos y licores de Evaristo Ochoa, en 1902.
Cuando se estaba levantando este edificio, en 1913, por el mes de febrero, hubo un aparatoso y lamentable derribo, del que resultaron varias víctimas.

Hubo una casa de modas titulada "Oyarzun Freres", y después estuvo la droguería de Benito Calzada. A fines del siglo pasado, el sastre Celestino Díaz y el almacén de muebles de Ignacio López de Armentia, que tenía la fábrica en la calle Santa María. Hace más tiempo estuvo una carnicería, de Emilio Moratinos, y una hojalatería, de Mariano González. En 1976 desapareció el bar-restaurante "Marinda".

En la última casa, esquina a Florida, la actual farmacia fue regentada por don Ángel Llamas, que sustituyó a la de Narbona.

Durante algún tiempo tuvo en estos locales su librería y encuadernación "Heraldo Alavés".

El edificio que primeramente se encuentra pasada la calle de Florida ha tenido varios destinos en su planta baja, hace varios años ocupada por una ferretería, desde que el año 1944 los abandonó la sucursal del Banco Hispano-Americano, que estuvo desde que vino a Vitoria, habiéndose
instalado el 10 de agosto de 1929.

En los primeros años del siglo estuvo establecido el Salón de Música Sacro-Hispana.

El año 1916 se abrió el comercio de mercería y novedades titulado "París elegante".

Estuvo en anteriores tiempos el que fue famoso café "Calderón", uno de aquellos característicos de su época. Últimamente lo tenían Pedro Cobas, Miguel Vadillo y Manuel Cobo, y de él nació el que fue luego "Suizo Moderno", del que se derivaron después el "Suizo" y el "Moderno" separadamente. El café "Calderón" era especialmente concurrido por los periodistas, que en él tenían sus tertulias como una prolongación de las redacciones próximas.

En la casa siguiente a la de la esquina estuvieron los talleres, redacción y administración del periódico que, sucesor de "El Alavés", sacó su primer número el día 8 de enero de 1901 con el título de "Heraldo Alavés", propiedad de la "Buena Prensa" y que, al ser adquirido a fines de 1932 por JoséMaría Oriol, el 13 de diciembre salió con el título de "Pensamiento Alavés", cambiado luego por el de "Norte Exprés", el 1 de marzo de 1967, adquirido unos años antes por la empresa que, con el nombre de "Económico Cultural Alavesa", fue constituida por un grupo de industriales vitorianos, a los que se sumaron ambas Cajas de Ahorros, en 1952. "Heraldo Alavés" en sus primeros tiempos tenía la redacción donde ahora está el Instituto Nacional de Previsión, y la administración, enfrente, donde la farmacia. Los periódicos que le sucedieron se trasladaron primeramente a la calle de los Fueros, y últimamente, a la de Manuel lradier.

En el actual número 41 estuvo el periódico "La Libertad'', fundado en "Heraldo Alavés", septiembre 1916 y desaparecido el 16 de enero de 1937, al haber sido sustituido por el titulado "Norte", que también desapareció el 31 de octubre de 1940. "La Libertad" se había tirado antes en distintos talleres. En estos de la calle Dato, donde anteriormente hubo una taberna, funcionó simultáneamente
la "Imprenta Vitoriana".

Al desaparecer "Norte" se estableció la imprenta y librería "Gráficas Victoria", que también desapareció el año 1973, manteniendo sus talleres de imprenta en la calle Manuel Iradier.
En la casa inmediata, hoy señalada con el número 43, en su piso bajo, estuvieron durante bastantes años las oficinas de la Delegación de "El Correo Español-El Pueblo Vasco".
A finales del pasado siglo hubo un taller de mármoles, de Comajuán y López.
En uno de los entresuelos de la casa ahora 37, antes 45-, nació María de Maeztu, destacada maestra y pedagoga.

En el 45 se instaló el Banco Herrero en 1977, establecido dos años antes.
Al final de la calle estuvieron a fines del siglo pasado el Gobierno Civil y también tenía su establecimiento de relojes de pared Ignacio Tolosana.
Desemboca la calle en la plazuela de la Estación del Norte, de la que tomó el nombre la calle, hasta que en 1916 le fue mudada por el actual de Dato. Su última reforma fue hecha el año 1974. Ya unos años antes había desaparecido de ella dos pequeñas edificaciones que estropeaban su aspecto. A un lado se encontraba la caseta de recaudación de arbitrios municipales, desaparecida con la supresión de éstos en 1963, y al otro, un transformador eléctrico.

Hasta el año 1935 el edificio de la estación fue de pequeña categoría, habiéndose ampliado entonces y mejorado notablemente.

Desde que se iniciaron las gestiones para construir el ferrocarril principió también la preocupación de los vitorianos para conseguir que pasara por esta capital y, a tal efecto, los representantes en Madrid trabajaron eficazmente hasta lograrlo, para lo cual la provincia de Álava hubo de comprometerse a satisfacer una cantidad por cuanto le afectaba el paso del ferrocarril en el trayecto entre Miranda de Ebro y Alsasua.
El primer tren de pruebas pasó por esta estación de Vitoria el 20 de julio de 1862, y la inauguración oficial se hizo en 1864.
Ante la insuficiente disposición y la necesidad de ampliar el andén y servicios, el año 1928 se estudió el proyecto de ampliación de la estación y en junio del año siguiente se subastaron las obras, en las que se incluía la construcción del paso superior de San Cristóbal. El año 1932 se aprobaron algunas reformas y fue cuando se hizo el paso subterráneo para comunicar los andenes y el de la desaparecida estación del Vasco-Navarro.

Algunos otros establecimientos que hubo en la calle fueron la guarnicionería de Luciano Palacios en el número 4. La vemos anunciada en 1879, con "una gran variedad de trampas y cepos para liebres, ruiseñores, pájaros y ratas".

En el número 23 tenía en 1901 Trifón Duque un almacén de vinos.
En una relación de comercios, industrias y profesiones del año 1893 encontramos: a los sastres Celestino Díez, en el número 35; Vidal Balanzategui, en el 10; Vicente Gárate, en el 15; el cirujano Dr. Susaeta, en el 41; los abogados Benito Guinea, en el 10; Antonio Ugarte, en el 8; Luis de Zumárraga, en el 13; el practicante Gabriel López de Guereñu, en el 7, junto con perfumería y peluquería y como callista; otra peluquería y perfumería tenía Inocencio Lafuente, en el 23; el procurador Regino Mendoza, en el 13; el zapatero Pedro Cortabarría, en el 23; el médico José L. Mascarás, en el 22; en el número 1 José Blanco tenía perfumería y modas; en el 23 estaba "La Madrileña", establecimiento de camisas, corbatas, confecciones y ropa blanca; la confitería Goya, en el 23; en el 4, Luciano Palacio, sillero y guarnicionero; en el 9, la imprenta y librería de Elías Sarasqueta; en el 55, el taller de mármoles de Comajuán y López; en el 24, la relojería de Bernardo Ucedo; en el 41, los ultramarinos de Mamerto Murguía; los instrumentos de música de Cosme Carrión, en el 35; el almacén de muebles de Ignacio López de Armentia, en el 35; la fábrica de cepillos de Agustín Zabaleta, en el 28; el establecimiento de zapatería "La bota de oro", de Eleuterio Tellería y Jorge, que luego conocimos en la calle Florida, estaba en el 13; los ultramarinos de Fernando Bezares, en el
número 30; la fábrica y almacén de calzado de Simón Urbina, en el número 31; Pedro Echeverría tenía en el número 3 fábrica de armas de fuego y cerrajería; en el 25 estaba el almacén de muebles de la viuda de Murguía; Ramón Mendiluce tenía vinos finos en el número 11; y en el 8 vivía el médico del Hospital Valentín Castañeda. Relación en la que también se citan algunos de los establecimientos de los que anteriormente hemos hecho mención.  (Fuente del texto: Venancio del Val)

3 comentarios:

  1. En el numero 34 de Dato, primer piso estaba la sombrerero Modas Lola Martin

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  2. En el numero 34 tenía su negocio de confitería La Juanita que tambien. suministraba pan del día y buenos embutidos.

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  3. En el numero 31 estaba el comercio de fotografía Parra.

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